El dióxido de carbono o CO2 es un gas que se encuentra en la capa atmosférica más próxima al planeta tierra, la troposfera. Es necesario para el desarrollo de la vida tal como la conocemos, ya que contribuye a numerosos procesos biológicos. Gracias a este gas ( entre otros) la atmósfera es capaz de retener el calor que los humanos necesitamos para vivir.
Para que la circulación natural de carbono se mantenga en equilibrio se lleva a cabo un proceso entre la atmósfera, los océanos, la tierra, las plantas y los animales. Sin embargo, este equilibrio se ha visto afectado por actividades del ser humano (desde la revolución industrial), más concretamente en dos vías de acción:
Exceso de emisión del CO2, con actividades como la combustión de combustibles fósiles (carbón, gas natural y petróleo) para generar energía y con fines de transporte, procesos industriales, el uso de fertilizantes y cambios del uso de la tierra.
La destrucción de vegetación (bosque y selvas), así como la contaminación de los océanos que influye en la capacidad de los disparadores naturales para eliminar el CO2 de la atmósfera, lo que perjudica en la capacidad de las tierras para almacenar carbono.
En el Día Mundial de la Acción Frente al Calentamiento Terrestre se busca crear conciencia y reflexión entre las y los ciudadanos, gobiernos y dirigentes, industrias y empresas, sobre la realidad ambiental y climática que estamos viviendo. Se hace un llamado urgente a la creación de políticas, estrategias y acciones de control y reducción que contribuyan a la disminución del gas carbono, del uso de combustibles fósiles y el derroche de los recursos naturales no renovables, para evitar una catástrofe global que acabaría con la vida en la tierra como la conocemos.
¡HAY QUE ACTUAR!