¿Teta, areola o pezón?

El cuerpo humano es diverso y hermoso en todas sus formas y tamaños. Sin embargo, es necesario reflexionar sobre cómo nuestra sociedad ha establecido estándares poco diversos y poco realistas de belleza que pueden afectar negativamente la percepción que las personas tienen de sí mismas. De esta forma, se definen o se construyen percepciones sobre el cuerpo que también tiene grandes afectaciones. Ejemplo de lo anterior, son las mamas, más conocidas como tetas, son una característica de las hembras mamíferas, que sirve para segregar leche, la cual es utilizada para nutrir y alimentar a sus crías. Para la sociedad esta es una representación del ser mujer, del ser femenino. Sin embargo, cuando nos vamos a la realidad y a la cotidianidad no es así, existe una diversidad de mamas, en tamaño, forma, cantidad, altura, dureza, al igual que en color y aspectos físicos como los vellos o las respuestas a estímulos.

Ahora bien, en el proceso de crecimiento y la vida misma, cuando empezamos a descubrir nuestro cuerpo, nos preguntamos sobre este, sus cambios, cómo debería ser, cómo quisiera que sea, cómo es, cómo lo percibo y cómo lo percibe mi alrededor. Una de estas preguntas es ¿qué es la teta?, y ¿dónde comienza?, según la RAE, Wikipedia y otros diccionarios, la teta es la glándula mamaria, la mama, o el pezón. Pero, si nos ponemos a pensar, esta definición está un poco errada, porque el pezón, es una parte de la teta, no toda ésta, entonces definir la glándula mamaria que está compuesta por el pezón, la areola, músculo, tejido graso, conductos y lobulillos, como únicamente el pezón causa unos problemas y un imaginario en la sociedad que se refleja en los pensamientos de las mujeres.

Aunque se sabe que estas fuentes de información y diccionarios se caracterizan por el machismo, etnocentrismo, racismo y xenofobia, son fuentes de información que son las más buscadas o en las que se basan para encontrar información, por eso es importante la manera como la definen. De igual manera, en estos diccionarios y páginas de definiciones sacan información de la sociedad específica, de las definiciones que se forjan en esta misma sociedad. En ese sentido, para mi, se han construido dos imágenes, la primera es la definición que la sociedad nos impone a las mujeres desde pequeñas y que se ven plasmadas de cierto modo en diccionarios y medios de consulta, y la segunda son las cotidianidades, realidades y definiciones que las propias mujeres le damos a las mamas, teniendo en cuenta la diversidad de tetas.

El exhibir la teta para la sociedad, incluyendo en esta las propias percepciones de la persona y del resto de mujeres, depende de diversos aspectos, dentro de estos es el tamaño de estas. Cuando una mujer tiene un busto que se denomina pequeño o promedio, es decir, ni tan grande, ni tan pequeño, muestra las tetas cuando se le ve la areola, pero no tenemos en cuenta que el músculo o la grasa también hace parte de la teta. Por el contrario, cuando una mujer de senos grandes, deja entre ver el escote o un poco de este músculo, ya es una revolución porque se le está saliendo la teta.

Y este es un gran dilema presente en todos los aspectos de la vida, incluyendo el rol asignado a la mujer en la sociedad. En esta sociedad machista en la que nos encontramos, se espera que la mujer esté disponible para el disfrute de los hombres. Es interesante notar que mostrar los senos no es considerado malo cuando conviene a esta sociedad, pero se convierte en un pecado cuando no les conviene. Estas percepciones de los senos en la sociedad están estrechamente relacionadas con su sexualización y el morbo que generan. Incluso grandes revistas promocionan contenido utilizando mujeres con solo un pedazo de cinta en los pezones, como una forma de supuestamente ocultar su desnudez.

Al mostrar los pezones, no estoy mostrando mi teta; solo una parte de ella. La teta no es solo una de estas tres partes que he mencionado, sino un conjunto de las tres. Está compuesta por el tejido que la rodea, incluyendo la masa muscular, los pezones y la areola. Creer que mostrar el pezón implica mostrar toda la teta es una idea errónea que debemos cambiar como sociedad. Es importante destacar que los hombres también tienen mamas, también tienen tetas, pezones y areolas. Sin embargo, estas no son sexualizadas ni objeto de morbo, se consideran algo “natural”, mientras que se tiende a sexualizar y morbosear las tetas de las mujeres. Una vez más, vemos la hipocresía de la sociedad que favorece el disfrute del hombre a expensas de la segregación de la mujer.

El morbo y la sexualización que se le atribuyen a esta parte de nuestro cuerpo es inquietante. Después de todo, ¡es solo una teta! Más allá de su función nutricia y su papel en la definición de la identidad femenina, debemos reflexionar sobre por qué se le da tanta importancia y cómo podemos cambiar esa percepción en nuestra sociedad. No me parece que las definiciones del cuerpo humano se transgiversen de esta manera, ya que se presta para muy malas interpretaciones de los acontecimientos.

Las tetas no solo son una glándula mamaria, son partes del cuerpo que nos relacionan por imposición de la sociedad o por decisión propia con el ser persona, con el ser mujer. Desde mi experiencia, aunque las relaciones con mis senos no sean lo mejor por todos estos estereotipos de belleza, ellas son una parte fundamental, que se relacionan con mi ser y sentir femenino, con la manera en la que actúo y pienso. Las tetas son una conexión conmigo misma, son un polo a tierra, que me recuerda que es el ser mujer, en sus aspectos buenos, como malos, tal como es que me morboseen en la calle y le presten más atención a mis tetas que a mí.