La muerte en el vallenato

La música es el arte de crear y organizar sonidos con melodías y ritmos mediante los cuales muchas personas expresan sentimientos, miedos y alegrías. Por consiguiente, la música evoca recuerdos y experiencias que igualmente permiten el contar historias ya sea ficticias o reales, las cuales son narradas a través de las diferentes estrofas que componen una canción. El danzar y cantar asociados con la música es una forma en que el ser humano percibe el mundo. Así mismo, la música se ha vuelto una de las maneras en que las personas canalizan sentimientos de regocijo o desconsuelo. En la música se desprenden muchos géneros musicales, como el pop, el reggaetón, la salsa, el rock, la champeta y muchos otros, entre éstos el vallenato.
Ahora bien, en Colombia, un país distinguido por su gran variedad musical, entre sus géneros tradicionales se encuentra el vallenato, música autóctona de la Región Caribe que comprende los departamentos del Cesar, La Guajira, Atlántico, Magdalena, Bolívar, Sucre, Córdoba y San Andrés y Providencia. Este género musical con el acordeón de influencia europea traído por inmigraciones alemanas a Riohacha a fines del siglo XX, el componente afrocolombiano en la caja vallenata, y la presencia indígena en la guacharaca, han hecho de sus ritmos como el paseo, el merengue, la puya, el son y la tambora, una extensión a otras partes de Colombia. Así mismo, el vallenato también se puede interpretar con la guitarra y en los instrumentos de cumbia en la cumbiamba y grupos de millo.
Por consiguiente, el protagonismo que alcanzó el vallenato en las últimas décadas del siglo XX condujo a la celebración de tres grandes festivales vallenatos, El más famoso de éstos es el “Festival de la Leyenda Vallenata”, que se realiza en Valledupar a fines de abril de cada año, cuya primera versión se realizó en 1968. Desde 1979 se realiza el “Festival Cuna de Acordeones” en Villanueva la Guajira, convirtiéndose en el segundo más importante festival, y desde 1983 el “Festival de Río Grande de la Magdalena” en Barrancabermeja (Santander).
Así mismo, el vallenato se ha convertido en uno de los ritmos musicales que más se escucha en la mayoría de las poblaciones del Caribe, sobre todo, cuando están emparrandados ( Emparrandarse: persona que se divierte en una fiesta, celebración o holgori). Es un género musical que te toca los sentimientos de muchas personas, y el cual lo utilizan en forma de dedicatoria para expresar sentimientos, ya sea, de enojo, dolor, alegría, o anhelos que van dirigidos tanto hacia personas como a lugares u objetos.
Igualmente, este es un son musical, teniendo en cuenta lo anteriormente nombrado, que en sus letras narra diversas historias, las cuales se relacionan o se pueden relacionar con el diario vivir o cotidianidad de algunos sujetos, puesto que cuenta muchos hechos que ocurren en la realidad y entre los cuales la muerte es uno de ellos.
Ahora bien, entre las muchas letras que componen al vallenato, la muerte esta, casi siempre, intrínseca en este son. La relación que se haya entre el vallenato y la muerte, por lo general, se presenta de forma directa o indirecta. Por un lado, se encuentra la muerte de forma directa en muchas de las letras vallenatas, como es el caso de la icónica composición del compositor y acordeonero, ya difunto, Abel Antonio Villa: “La muerte de Abel Antonio”, composición que lleva su nombre en relación a una experiencia vivida por este mismo personaje al creerlo muerto su familia y, al aparecer éste después de varios días de desaparecido por andar de parranda, lo cual lo expresa en una de las estrofas de la siguiente manera: “Toda la familia, que mi muerte la lloraban con duda, Abel Antonio llego a los cinco días, se ha presentado vivido para levantar su tumba” (1943), en ese sentido, podemos ver cómo, una experiencia de vida en relación a la muerte, la presenta el compositor en forma de canción.
Consecuentemente, la obra del compositor de música vallenata y ya fallecido Rafael Escalona, en un homenaje a la amistad, habla de la muerte en la canción “Jaime Molina” (1978). En la letra, de este vallenato interpretado por varios cantantes, el compositor expresa: “Recuerdo que Jaime Molina cuando estaba borracho ponía esta condición que, si yo moría primero él me hacia un retrato o si él se moría primero le sacaba un son”, en esta frase se puede notar cómo esos grandes amigos se hicieron una promesa antes de morir, pero es una canción en donde lamentablemente se cuenta la muerte de Jaime Molina.
Por consiguiente, la composición vallenata en 1970 “El esqueleto” del cantautor y acordeonero Calixto Ochoa e interpretada después por el cantautor Diomedes Diaz en 1998 en su álbum “Volver a vivir”, es una canción que hace referencia a la muerte indirectamente, pero relacionada a las desigualdades sociales que se ven en los distintos grupos humanos con respecto al estrato social, pero que al morir todas esas grandezas que muchos presumen se desaparecen porque al fallecer ya no somos nada, lo cual lo expresa en la siguiente estrofa “Se acaba la vida, se acaba el misterio, cuando uno se muere ya no vale na’a. Allí vale igual un pobre pordiosero que el más ilustrado de la sociedad” (1998).
De hecho, el vallenato “La miseria humana” del cantante, compositor y músico colombiano Lisandro Mesa, también nombra la muerte, pero en un viaje astral a un campo santo, en donde se dirige a ésta como una miseria humana y ésta, en calavera, le dice que después de muertos todos somos iguales, expresado de así “Aquí está la gran verdad, que sobre el orgullo pesa. Aquí la gentil belleza es igual a la fealdad, aquí acaba la maldad y la bondad tan preciada, aquí la mujer casada es igual a la soltera. Me decía la calavera con una voz apagada” (1976).
En ese sentido, podemos notar como la versatilidad y creatividad de muchos compositores vallenatos al escribir alrededor de la muerte sobre una anécdota, experiencia o realidad se vuelven sones que, para los amantes de este género, son maneras de recrearse y deleitarse a través de sus letras, puesto que ven en estos cantos la representación de la cotidianidad ideal para muchas de estas personas, lo cual se ve reflejado en un canto de Rafael Valencia en (1957): “La caja negra”, interpretada por varios cantantes como Enrique Diaz, en la cual hace referencia, también, a la muerte con relación a, que después de muertos lo único que nos llevamos a la tumba, no es lo material, sino lo que gozamos en vida, en donde lo expresa de la siguiente manera “El hombre que trabaja y bebe déjenlo goza’ la vida y que eso es lo que se lleva si tarde o temprano muere”.
Finalmente, se puede ver cómo a través de las letras del vallenato se cuentan diversas vivencias e historias, algunas de éstas relacionadas con la muerte de sucesos de la vida real, la cotidianidad de muchas personas o de hechos ficticios, las cuales hicieron del vallenato la expresión y el sentir de los pueblos del Caribe, y son canciones que pueden interpretarse en muchos sentidos sin perder la esencia de éstas.

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