Una aproximación al BDSM

Valentina Zapata-Mendoza

“Una teoría radical del sexo, debe identificar, describir, explicar y denunciar la injusticia erótica y la opresión sexual. Necesita, por tanto, instrumentos conceptuales que puedan mostrarnos el objeto a estudiar. Debe construir descripciones ricas sobre la sexualidad, tal y como ésta existe en la sociedad y en la historia, y requiere un lenguaje crítico y convincente que transmita la crueldad de la persecución sexual”.

(Rubín Gayle, 1984, Pág.13)

El espectro del BDSM se construye a partir de los distintos roles que la persona adquiera y con los cuales se identifique en la sesión, por ello, se tienden a dividir en BD (Bondage y disciplina) y SM (sadismo y masoquismo). El BDSM comprende prácticas sexuales, con o sin intervención sentimental, basados en actos de dominación, sumisión, sadomasoquismo y masoquismo. El BDSM se construye según distintos roles que la persona adquiere y con los cuales se identifica en la sesión, dividiéndose en BD (bondage y disciplina) y SM (sadismo y masoquismo). Los comportamientos, roles, vestimenta y lenguaje del BDSM entra en lo considerado como límites de la sexualidad, entendiéndolo como aquello que presentado ante la sociedad no está entre lo aceptado por la misma, pero su auge en las sociedades ha promulgado la vista negativa hacia estas, puesto que se llega a interpretar como actos de violencia y relaciones de poder principalmente hacia el cuerpo femenino; esto si bien está influenciado por la cultura y la época en la cual se aborde la sexualidad, es decir, la existencia de una predominancia en la reproducción de relaciones heterosexuales que sustentan la noción de la reproductividad en el acto sexual que no conlleve hacía el placer y orgasmos entre los dos cuerpos o más.

La página Web BDSMColombia.info brinda información sobre sus definiciones al igual múltiples eventos que se realizan a lo largo del año, así, el acrónimo BDSM lo explican de la siguiente manera: 

BDSM es un acrónimo que reúne múltiples significados y que está relacionado estrechamente con el intercambio erótico de poder de manera literal y simbólica. Este acrónimo lo podemos dividir en tres parejas de iniciales que nos permiten explicar mejor su significado, la intención aquí es dar explicar la definición desde la mirada de los practicantes, es decir, mostrar cómo se ve el BDSM desde adentro (ABC de BDSM, 2015).

Por otro lado, la simbología y el carácter incluyente de este tipo de relaciones genera espacios para la exploración, seguridad y libertad para las diversas sexualidades con sus debidos respetos hacía la disciplina, compromiso, comunicación y confianza; por ello, la palabra BD refiere a: 

Bondage (Atadura), y Disciplina, se refiere a la práctica literal de atar o restringir los movimientos del otro (o dejarse atar, dado el caso) y también, en sentido simbólico, a la práctica de dejarse disciplinar por otro y entregar parte de la autonomía propia en un contexto erótico (o de administrar la autonomía de otro bajo límites previamente acordados) (ABC de BDSM, 2015).

De forma similar, aparecen los roles ya que lo anterior hace parte del conjunto de prácticas acordadas en la relación, sin embargo, en el avance de la misma y de la construcción de la confianza pueden aparecer otras y la transformación de los roles puede variar, un ejemplo de esto es el “Rope Bunnies”[1] por lo que esta página de BDSM, busca delimitar la sigla Ds a:

Se refieren estrictamente a los roles que cada una de las partes complementarias toma al establecer ese tipo de relación. La parte dominante asume la responsabilidad de guiar al otro y administrar su autonomía, mientras que la parte sumisa asume la responsabilidad de comunicar sus sensaciones de la manera más abierta posible y de construir la fortaleza que se requiere para dominar las prácticas de las cuales la parte sumisa es objeto en una relación D/s (ABC de BDSM, 2015).

Muchas de las identidades desarrolladas, escogidas por la influencia de libros y experiencias en el mundo del BDSM, se basan en los juegos de rol que aportan en la construcción del personaje y que su influencia no determinará el espacio por fuera de ellas.

No obstante, el llegar a concebir conversaciones sobre el BDSM a puertas abiertas, termina siendo un arma de doble filo porque tiende a haber desinformación al respecto y lo que se muestra va ligado a la sociedad en la que se presente; para el caso de Colombia, la centralidad de las practicas resulta limitante ya que, en redes sociales, muchas de las organizaciones se constituyeron en ciudades como: Bogotá, Medellín, Cali y el Eje Cafetero y que para Marcet, M. (2017, noviembre) “el surgimiento de la comunidad BDSM entonces es acompañado por un proceso creciente de normativización de las prácticas e identidades BDSM. La “normativización” en tanto reivindicación de normas y códigos explicitados”. (pág. 106). Si bien las personas que hemos tenido la oportunidad de conocer una de estas ciudades (siendo de origen costero) quedamos anonadados de la facilidad que es por ejemplo caminar con tatuajes entendiendo la representación de las alteraciones corporales, en consecuencia, las relaciones sexuales alternativas no están exentas del mismo, dando paso al miedo, aberración y discriminación que terminan concentrándose en la palabra Tabú dentro de los planteamientos de Rubín (1984) citado en Ríos, V et al. (2017) se entiende como: 

Las sociedades occidentales desprecian las prácticas BDSM, denegando reconocimiento institucional y respetabilidad, probablemente por la creencia de que atentan a los valores tradicionales y religiosos clásicos por lo que estos individuos deben esconder lo que son y lo que practican (pág. 82).

El llamado Feminismo “prosexo” que nace desde los postulados de la censura conservadora que planteaba el feminismo radical para la liberación sexual de las mujeres interpretándolo desde la objetivación del ser femenino frente a la dominación masculina sobre sus cuerpos y sus capacidades para reconocerse como sujetos de derechos. Este feminismo “prosexo” puede entenderse de la siguiente manera:

El feminismo debe favorecer una política que apoye el placer como afirmación vital y fuente de poder, un derecho fundamental del ser humano. Las mujeres necesitan vencer su ignorancia en la materia, ser sujetos, actores y agentes eróticos, convencerse de que su lento pero inexorable avance en el terreno sexual proporcionará nuevas claves para el futuro (Martínez, 2005, pág. 18).

Así, esto debe de dar cuenta de las transformaciones que ha tenido la categoría “feminismo” como modelo de vida y teoría, tal como lo expone Martínez, L. (2020):

Los feminismos y las teorizaciones feministas pueden ser reconsideradas en función de sus aproximaciones y perspectivas críticas sobre el cuerpo, interpretándolas como un conjunto de discursos, experiencias, epistemologías, metodologías y políticas somáticas donde el cuerpo prolifera en la producción de un conocimiento transformador (pág.4).

Aunado a esto Müller, J. (s/f) toma un aspecto crucial como lo es la teoría queer pues en ella, se circunscriben:

La producción de diversas subjetividades sexuales y polimorfas emana de la capacidad que los individuos tienen de erotizar el cuerpo, rechazando su adscripción biológica a un sexo/género determinado. La teoría queer da voz a aquellas identidades y sexualidades periféricas acalladas por el androcentrismo, como el BDSM (pág.6).

El texto BDSM Placer Mutuo y Dolor Equivoco, nos introduce a reflexionar en términos históricos y sociales la construcción de la sexualidad, la higiene, la pulcritud del cuerpo en un país como Colombia inmerso en la modernidad donde su autor Calvo, Niyired, J. (2018) comenta que los primeros desenlaces de la transformación de la sexualidad si bien dada desde orientaciones sexuales concretas – lesbianismo, transexualidad, bisexualidad- con sujetes autoidentificades en esas líneas no eran las únicas propiciando una revolución sexual pues el BDSM empezaba a comprenderse a partir de esas posturas; a su vez, el autor tomando como referencia a Moreno et al. (2012) en un análisis psicológico sobre identidades sexuales en un grupo de mujeres lésbicas o bisexuales llamado Triángulo negro, nos induce a comprender la identidad sexual desde 3 ámbitos importante: social, personal y comunitario, sustentado en la siguiente cita:

La construcción de la identidad sexual en el grupo Triángulo Negro. Reconstruyó las historias de vida de cuatro de las fundadoras del grupo, abordando identidad lésbica en tres niveles: el social, donde lo lésbico tiende a ser entendido como una patología y una inmoralidad; el personal, que engloba los significados subjetivos construidos a partir de las vivencias individuales, donde el amor entre mujeres es visto como más leal, más afectuoso, más estable y “menos sexual” que el amor entre hombres y el amor heterosexual; y el comunitario, donde se negocian nuevos significados subjetivos elaborados a partir de la puesta en común en actividades grupales (Moreno et al., 2012, pág. 88).

Consiguientemente, en un visión mitológica Pontes (2020 – 2021) expone el mito de la diosa del amor y la guerra InannaIshtar que citando a Harris (1991) evidenciaba aquellos comportamientos de esta deidad y cómo estos se desprendían del orden social, donde el exceso de libertad sexual y el romanticismo con la guerra, se mezclaban con el erotismo y la violencia en encuentros sexuales (Pág. 11) por consiguiente, al interpretar el BDSM como violencia física y psicológica deja a un lado el sentir de estas personas, Zambrano, L. (2017) alude al BDSM como ambientes de agrupación, ya que entre las personas involucradas existe consenso, a comparación del abuso que atenta a la integridad de una persona.

Por último, Weinberg, Thomas S et al. (2008) exploran el rol SM como fenómeno social y como parte de la psicología del individuo, por lo que es pertinente no patologizar o definir a una persona dentro del BDSM como paciente aludiendo a la tradición de las investigaciones psicológicas, es por ello que estas personas dan comprensión a sus prácticas y vidas como actores sociales basándose en sus experiencias. Parte de sus temas de interés se construyen bajo los procesos de socialización que le otorgan al sadomasoquismo y a la forma de aprendizajes e interacciones sociales.

Referencias

ABC de BDSM. (2015, 30 May 2022). ABD de BDSM. https://bdsmcolombia.info/bdsm-definicion/

Calvo, Niyired, J. (2018). BDSM Placer Mutuo y Dolor Equivoco. [Tesis pregrado, Universidad Pedagógica Nacional]. Repositorio institucional UPN. http://repository.pedagogica.edu.co/handle/20.500.12209/9507

Harris, R. (1991). Inanna-Ishtar as Paradox and a Coincidence of Opposites. History of Religions, 30(3), 261–278. http://www.jstor.org/stable/1062957

Martínez, M. J. (2005). El feminismo “pro-sexo” o anti-censura. Anuario de Sexología A.E.P.S., (9), 7-37 https://aeps.es/publicaciones-aeps/anuarios-aeps/

Martínez, L. (2020). Corporeizar las etnografías desde perspectivas feministas. Revista Estudios Feministas, 28(3), 1-15.  https://doi.org/10.1590/1806-9584-2020v28n358097

MÜller, J. (s/f). BDSM: Aproximación a las prácticas de dominación y sumisión sexual. 1-24. https://1library.co/document/z3e745mq-bdsm-aproximacion-practicas-dominacion-sumision-sexual.html

Melo Moreno, M., Rivera Amarillo, C., & Rodríguez Rondón, M. (2012). Diversidad sexual: deseos, identidades y comportamientos. En Centro Editorial Facultad de Ciencias Humanas (Eds.), La investigación sobre sexualidad en Colombia (1990-2004): balance bibliográfico. (83-107). Centro Latinoamericano en Sexualidad y Derechos Humanos (CLAM)/IMS-UERJ. https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/52754

Pontes, J. C. (2021). Bdsm y feminismo. [Tesis de pregrado, Universidad del País Vasco]. Repositorio institucional.  https://addi.ehu.es/handle/10810/53747

Rubin, G. (1984). Reflexionando sobre el sexo: Notas para una teoría radical de la sexualidad. EnVance, Carole S. (Ed.), Placer y peligro. Explorando la sexualidad femenina (113-190). Revolución, Madrid.

Zambrano, L. (2017). Bondage, disciplina y dominación, sumisión y sadismo, masoquismo (bdsm) y legislación: prácticas sexuales extremas a la luz del marco jurídico colombiano. [Tesis pregrado, INSTITUCIÓN UNIVERSITARIA DE ENVIGADO]. Repositorio IUE. https://bibliotecadigital.iue.edu.co/jspui/handle/20.500.12717/140


  1. Sumisas de cuerdas, es decir, personas que les gusta ser atadas. La característica central es la excitación al tener su cuerpo inmovilizado.  ↩︎

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